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miércoles, 20 de abril de 2011

Análisis de los escapes del Red Bull RB7

¿Que tienen que todos los quieren copiar?

Es claro que durante estos tests, y muy probablemente durante toda la temporada, el interés de la mayor parte de las escuderías se va a centrar en la continua evolución de la zaga de los monoplazas. La nueva normativa técnica de la FIA para la temporada 2011 prohibe explícitamente el uso de difusores de doble piso, así como cualquier interacción (física) entre la parte superior más atrasada del capó motor y el alerón trasero.



Esto ha propiciado, como ya hemos adelantado previamente y se ha podido visualizar en diferentes medios, que los equipos hayan intentado diseñar partes traseras de los monoplazas mucho más descargadas de diferentes elementos.



Casi todas las escuderías han optado por unas suspensiones traseras del tipo pull-rod, introducidas por el equipo Red Bull Racing durante la temporada 2009. La excepción ha sido Ferrari, que ha elegido (probablemente razones poderosas tendrá) el sistema más tradicional de push-rod, aunque el diseño, posiciones y ángulos de los elementos de la suspensión, no es en modo alguno tradicional.




En los tests de Jerez observamos a los equipos probar diferentes cosas, y muy probablemente, algunas de ellas no las hemos visto, ... ¡Todavía! Los equipos más observados McLaren, Ferrari y Red Bull Racing.



Ya el año pasado nos mostró, de un modo magistral, como el concepto de doble difusor podía ser optimizado y superado con sus famosos escapes soplados, que a la postre, todos los equipos copiaron. Para no perder generación de carga aerodinámica ante la nueva normativa, los equipos han realizado diseños para optimizar el flujo de aire (mayor y de más calidad) que llega a la parte trasera. ¿Cómo? Morros, en general, más elevados, y partes traseras (entre el alerón y el capó motor) más abiertas.



Uno de los puntos más interesantes de estos tests de Jerez es el 'misterio de los escapes' El año pasado ya vimos como daban hasta 4 o 5 décimas de diferencia por vuelta los difusores "soplados" de Red Bull.

Un par de ejemplos de las diferencias que estamos viendo, incluso en un mismo equipo, se pueden apreciar en las dos figuras.




En la primera de ellas, aparece una imagen de las suspensiones traseras del RB7 (Red Bull Racing) vistas durante el primer día de los tests, se puede observar como los escapes están ocultos bajo una cubierta de fibra de carbono.
Es de suponer que el perfil de los mismos no es circular, sino más bien achatado, produciendo de este modo una ligera aceleración del flujo, que va dirigido directamente hacia el orificio de 5 cm que la normativa permite para alimentar al difusor. Ese flujo de gases calientes se libera bajo el fondo plano, alimentando directamente al difusor. Esto impide precisamente que ese flujo pasa a través del intrincado camino de las suspensiones.




Esta segunda fotografía muestra la misma parte del RBR7, pero fue tomada al día siguiente (el viernes). Nótese cómo la pieza de fibra de carbono que cubría los escapes (invisibles a la vista antes) ahora ha desaparecido y deja visible una nueva configuración del escape. En este caso, el flujo de aire proveniente de los escapes fluye sobre el fondo plano y es conducido directamente entre las suspensiones y el soporte de la rueda.



¿Qué es más beneficioso?
Aparentemente el escape achatado que "sopla" evitando la suspensión y sobre el fondo plano que ejerce más downforce en la parte trasera del monoplaza.

De hecho, todo lo demás alrededor del escape es idéntico en ambas fotos, incluyendo un deflector vertical para conducir el flujo de aire fuera de la rueda y el dispositivo que se encuentra a su lado.

¿Cómo alcanzó McLaren a Red Bull en tan poco tiempo?

Dos proyectos, dos enfoques

El único monoplaza capaz de turbar el sueño del paraíso de la superioridad que Adrian Newey ha diseñado para su equipo, ha irrumpido con fuerza en unas alturas sin necesitar las alas que caracterizan a los de Red Bull. Durante la pretemporada, nadie estaba dispuesto a apostar nada por McLaren, un equipo que parecía haber perdido el rumbo con un monoplaza que representaba más un tablón donde cada ingeniero ponía sus propias ideas, que un proyecto coherente con una dirección clara.
Por Iván Martín y Ladera
20 Abr 2011 - 09:38
Enviar a un amigo Imprimir Paul Monaghan, ingeniero jefe de Red Bull observa al equipo McLaren en la parrilla de Shanghái. Foto © Sutton La originalidad principal de los de Woking recordaba a los octópodos, animales marinos, que con sus ocho tentáculos representaba a la perfección la idea extrema de dividir los escapes de cada bancada de cilindros en ocho microescapes que alimentaban diferentes puntos del fondo del monoplaza para mejorar la eficiencia aerodinámica.

Pero cuando se trata de llegar a las alturas, lo que se necesitan son alas y no tentáculos marinos, como la pretemporada demostró a los británicos al ver como su innovadora idea naufragaba en la profundidad del océano, donde habita el octópodo más conocido por el público en general: el pulpo.

A tan sólo diez días de la primera carrera, Martin Whitmarsh decidío cortar por lo sano y los tentáculos del MP4-26 desaparecieron para dar paso a una solución calcada a imagen y semejanza de Red Bull, lo que provocó que hasta el propio Adrian Newey admitiera públicamente su temor, al ver sus escapes fielmente reproducidos en el único coche que hasta ahora a plantado cara al RB7.
La admisión por parte de McLaren de una idea externa, sobre todo cuando procede del genio más en racha de los últimas temporadas, ha dado sentido a un proyecto que se ha liberado del complejo entramado de escapes que recorría todo el monoplaza y que provocaban innumerables problemas de rendimiento, además de temperaturas que frenaron el desarrollo del proyecto.



A pesar de no haberlos probado en pista, de no haber realizado simulaciones, ni tan siquiera de haber podido disponer del Pyrosic necesario para 'forrar' el difusor, en Melbourne los escapes 'made in Red Bull' del MP4-26 se acoplaron perfectamente a un proyecto más que válido y que situó directamente a McLaren como el gran rival de Red Bull.



RED BULL SIENTE LA PRESIÓN
El gran temor que existe en el equipo vigente Campeón del Mundo es producto de la reputada capacidad de reacción y desarrollo que McLaren posee. Si en tan sólo diez días, con toda la escudería y materiales rumbo a Australia, los de Woking colmaron la enorme diferencia que les separaba del equipo liderado por Sebastian Vettel, al tercer Gran Premio han conseguido desbancar al coche al que todos ya daban como seguro campeón de la presente temporada, el RB7. No cabe duda de la capacidad de mejora por parte de unos británicos a lo que hay que sumar el ambicioso plan de desarrollo preparado para los monoplazas de Lewis Hamilton y Jenson Button.

Red Bull es un equipo que administra la ventaja de su proyecto a través de pequeñas evoluciones que depuran un coche que nace ya al máximo nivel, mientras McLaren evoluciona proporcionalmente mucho más durante la temporada para colmar el margen de un proyecto inicialmente inferior pero que crece exponencialmente a lo largo del campeonato.


LA DIFERENCIA
ESTÁ EN EL KERS

En la lucha por el mundial, McLaren juega con un arma muy importante que a la larga puede ser decisiva: el KERS. Mientras Red Bull usa el sistema de recuperación de energía de Magneti Marelli, modificado en Milton Keynes para adaptarse a las necesidades del radical RB7. El KERS provoca muchos quebraderos de cabeza al equipo de las bebidas energéticas y una situación muy complicada a sus pilotos, que comienzan a ver las limitaciones a la hora de competir, de tú a tú, en un Gran Premio sin la potencia extra que proporciona el sistema al pulsar un botón en el volante, ya que les puede valer una posición decisiva al cruzar la bandera a cuadros.

Un bloque de baterías dividido en dos partes, una en el reducido hueco que deja libre el distanciador del la caja de cambios y el motor, mientras que el resto de baterías se sitúan en la parte inferior izquierda fuera de la caja de cambios en posición baja. En definitiva, un KERS en el que Newey no cree, metido con calzador en el Fórmula 1 más 'apretado' de toda la parrilla termina generando problemas serios de temperatura en los cables del sistema, una difícil refrigeración de los componentes y sobre todo de las baterías, que de momento no han podido solucionar en Milton Keynes y supone, hoy por hoy, el verdadero talón de Aquiles del Red Bull Racing.

Contra esto, McLaren hace gala de un KERS desarrollado íntegramente en casa, de ultima generación, que funciona como un reloj y que se integra a la perfección en el MP4-26. De esta forma, el sistema garantiza a Hamilton y a Button esos casi siete segundos de potencia extra en cada vuelta durante todo el año, un lujo que ni Vettel ni mucho menos Webber se pueden permitir en la actualidad.